Para asegurarte de que las almejas estén frescas, verifica que estén cerradas antes de comenzar a cocinar. Si al tocarlas o golpearlas ligeramente no se cierran, es mejor no utilizarlas, ya que podrían estar muertas y ser perjudiciales para la salud.

Si durante la cocción encuentras almejas que no se abren, es preferible descartarlas. Las almejas frescas y de calidad se abrirán con el calor, liberando su sabor en el caldo y garantizando así la delicia del plato.