Si tu arroz queda más seco de lo deseado, una solución rápida es añadir un poco más de caldo o agua caliente y continuar la cocción a fuego lento. Esto ayudará a rehidratar el arroz y ajustar su textura. Asegúrate de hacerlo gradualmente para evitar que el plato quede demasiado líquido.

Otra técnica es tapar la cacerola después de añadir el líquido adicional y dejar que el arroz se cocine en su propio vapor durante unos minutos. Este método es efectivo para distribuir uniformemente la humedad y suavizar el grano, garantizando que cada bocado sea jugoso y delicioso.