Sí, el bogavante congelado puede ser una alternativa práctica al fresco, especialmente cuando no se dispone de bogavante fresco. Es importante descongelarlo correctamente, preferiblemente en el refrigerador durante la noche, para no comprometer la textura y el sabor.

Una vez descongelado, trátalo como lo harías con un bogavante fresco. Aunque la experiencia puede variar ligeramente, ajustando los tiempos de cocción se puede conseguir un resultado sorprendentemente cercano al ideal.