Saber cuándo las judías pintas están perfectamente cocidas es clave. Deben estar tiernas y cremosas por dentro sin deshacerse. Una forma de probarlo es sacar unas cuantas judías del guiso y aplastarlas ligeramente con un tenedor. Si se aplastan fácilmente y tienen una textura suave, están listas. Si aún están algo duras, necesitarán más tiempo de cocción.