Para evitar que el arroz se pase, es crucial controlar el tiempo de cocción y la temperatura. Cocina el arroz a fuego medio-bajo y mantén un ojo constante sobre la absorción del caldo. El arroz debe quedar al dente, firme al mordisco.

Además, dejar reposar el arroz tapado durante unos minutos después de cocinarlo permite que los granos terminen de asentarse y absorban los aromas sin cocinarse en exceso. Este descanso hace maravillas, distribuyendo la humedad de manera uniforme.