Si no tienes caldo de verduras a mano, hay varias alternativas que puedes utilizar. Un caldo de pollo o incluso de carne puede aportar una profundidad de sabor adicional a tu plato. Para una opción completamente vegetal, considera disolver una pastilla de caldo vegetal en agua caliente. Aunque el caldo casero siempre es preferible por su sabor y menor contenido en sodio, estas alternativas pueden ayudarte a conseguir un plato delicioso sin complicaciones.